Trata de visualizar el vestido del día de tu boda cuando este sea ideal para tu cuerpo y estilo. Recuerda hacer la última modificación una semana antes de la boda.

Ten tus opciones y tu mente abierta, puedes llegar a sorprenderte a ti misma. No necesariamente en la primera tienda encontrarás el indicado, o puede que el estilo que tengas en mente no sea tan favorecedor como otros.

Ten en mente que el vestido que escoges debe ser acorde al lugar de la recepción, es decir, considera si la boda será de día o de noche, en lugar abierto o bien en un salón cerrado u hotel.

Algunas novias necesitan reconfirmar que han hecho la elección correcta. Si sus acompañantes no la poyan debe confiar en su criterio.

Puede ser difícil cuando tus amigas no aprueban el vestido que tú has elegido, pero cuando una novia sabe lo que quiere debe de confiar en sí misma.

Cada vez que le agregas accesorios o le haces alguna modificación a tu vestido aumentan tus costos. Por eso, deja espacio en tu presupuesto para los detalles finales.

Es importante que antes de entrar a la tienda les expliques a quienes te atiendan lo que buscas en un vestido. Si no están enterados de lo que realmente quieres no podrán ser de mucha ayuda a la hora que debas elegir.